domingo, 1 de marzo de 2015

EN UN LATIDO...


Y llegar hasta allí me proporciono la serenidad que necesitaba.
Desate mis zapatos y con ellos en la mano comencé a vagar por aquella playa.
El ruido de esas olas  y las caricias de la arena acogiendo mis pies, se convirtieron  en ese mágico  sedante que mi cuerpo y mi mente buscaban.
Comenzar por el final era una buena forma de asimilar, el caos que de pronto me alcanzaba de lleno.
Un final irrevocable, y con tremendas consecuencias, de las que yo y solamente yo me había convertido en la responsable, desde aquel momento.
Recordarlo aún me provocaba tal sequedad de garganta que en ocasiones me impedía hasta respirar.
Ese temido NO PUEDO! Que vi en tú cara, solo fue el preludio a la reacción que  siguió cuando  verificaste que efectivamente él estaba dentro de mí y creciendo.
Y aunque en mi interior sabía que así seria, hoy aún sigue clavándose en mis entrañas destrozando a su paso alma y corazón, sin reconstrucción posible.
Un latido, ese pequeño e insignificante latido en aquel monitor, convirtió de repente noches de caricias y entrega, en un miedo atroz que caló tan dentro en ti que en su defecto me devolviste  tú  indiferencia en un principio y tú abandono como final.
Ya está…. como tantas veces que volvía a caer en la desesperación, recordé lo que había en mi bolsillo y sacándolo de nuevo contemplé aquella imagen.
Una vez  más me había dejado llevar por cosas que a la hora de la verdad, solo demostraron ser pasajeras, cuando lo importante y duradero hasta mi muerte estaba frente a mí, en aquel papel.
Su latido aun tenue, se haría fuerte en el nido que hoy yo le brindaba… y solo él, aun con su ínfimo tamaño, sería capaz de reconstruir cada pedazo que ahora se derrumbaba.
Sí, ese aleteo en mi interior, hoy crecía  "pensé tocando mi vientre" esas pequeñas alas de mariposa me recordaban que no era cierto que estuviera sola.
Y entonces solo sonreí….
Ahora sí que lo demás ya no importaba.

FIN.



No hay comentarios:

Publicar un comentario