domingo, 22 de marzo de 2015

UN DOS TRES… DISPARA



El hematoma de la mano ya iba cobrando la misma tonalidad que el del brazo.
Gracias a Dios ninguno había llegado al grado del de la pierna.
Con un verdugón del tamaño y color como el que me adornaba el muslo,
 tenía más que suficiente.
Pero hacer lo que pretendía y salir ilesa, planteaba más problemas de los que 
había imaginado.....
Material!!!! Ahí estaba la clave de todo!!! Pero qué importancia podía 
tener no disponer de él, cuando te decían: Nena.... Tu trabajo, es genial, 
deberías dedicarle más tiempo, eres una maravilla.....?
Ni una palabra más encima de la mesa, os lo aseguro, fue suficiente para
 salir en busca de tan nombrado y seguro merecido premio Pulitzer.
Mi cabeza echaba humo, las ideas  me bombardeaban, imágenes!!! miles de 
ellas entrando y saliendo.
El éxito  estaba asegurado!!!!
El primer problema llego cuando harta de pedir posibles maniquíes no encontré
 a ninguno, pero quien dijo sería fácil? Nadie me podía parar, yo sería mi
 propia modelo, total había un botoncito que decía auto disparador.
No puedo decir que no fuera divertido, al principio, los primeros contratiempos
 me hicieron reír de verdad, hasta que la cosa empezó a resultar un pelín incomoda.
No conocer tu propia cámara, da como resultado el no saber cambiar el tiempo 
del disparador y que en vez de 8 sg como es el caso..... Te deje algo más de 
margen para que tú y todo lo que te suele acompañar ya sean brazos piernas
 y demás vayan contigo a la velocidad de un relámpago para colocarte y no te
 olvides algún trozo por el camino enganchado al pomo de la puerta, o descubrir
 que dos de tus dedos de los pies pueden separarse de una manera asombrosa de
 los otros tres al encontrar a su paso la pata de tu cama.....
3, 2,1....Clic.
Hay gente para todo, eso es cierto, y que ven arte ahí donde otros ven basura. 
Que interpretan una melena desordenada, sin motivo aparente como una 
cabellera salvaje, o a esa postura retorcida en el sillón intentando llegar a tu pie
 para ver el daño sufrido, como puro deleite de arte abstracto
 y contorsionismo. 
También que puedan sentir  que se les desboca el corazón latido a latido creyendo
 Que el estrabismo ocasionado por el insoportable dolor de ver en una posición 
tan extraña a tus dedos sea una mirada perdida en la lejanía que evoca melancolía.
De mi boca y mis dientes prefiero no hablar, dejare que los críticos de arte y 
demás entendidos, lleguen a su propio veredicto.
Mientras tanto... 
3, 2,1... Sonrían.


FIN.

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