sábado, 13 de diciembre de 2014

BATALLA FINAL



Tu mirada contra la mía fue suficiente, para declarar una guerra ya predestinada....No hubo clarines ni trompetas, ni ejércitos que aclamaran a su líder en pos de una tierra prometida o una liberación de esclavos, la guerra era entre tú y yo, ángel y demonio luchando por un pedazo sin reino, pero que empeñaría cuerpo y alma en cada hectárea.
Tú, como tromba de fuego te envolviste en llamas abandonando el lugar y yo desplegando mis alas blancas emprendí un vuelo sin retorno en busca de mi victoria.
El cielo se tornó gris, y lágrimas de fuego y algodón se mezclaron en el cielo en señal de duelo por el posible caído.
Una luz ilumino el espacio dando paso a la visión más espectral de todos los tiempos, oscuridad y luz, blandiendo sus armas más brillantes y hambrientas.
Ángel plateado, de largos cabellos irradiando luz propia, blandí mi hacha, esperando hacer frente al fuego eterno que se acercaba hecho humano.
Tu primer ataque fue certero, una cegadora espiral de llamas me a  Un ruido ensordecedor hizo temblar los cielos, dejando absortos y expectantes a todos los habitantes del universo. Por instantes, la luz se volvió oscuridad, para dar paso muy lentamente a una tenue y  paulatina  nitidez de la escena que se desarrollaba allí dentro....ella había caído, yacía, entre sus brazos, herida de muerte.
Él, triunfante la sostenía esperando tan ansiado reconocimiento a tanto esfuerzo y desafío. Sin embargo... Ella solo le sonreía.
Poco a poco su cuerpo fue quedando inerte y a cada instante q la vida escapaba  de ella él fue entendiendo el verdadero significado de aquella sonrisa.
Un grito aterrador escapo de sus entrañas al comprenderlo, al ser consciente de su verdadero triunfo.
Al desaparecer ella desaparecía, su esencia y su razón de existencia, su ansia de luchar y sus ganas de vivir, su alma moría pero por q su sostén su motor....Su corazón quedaba enterrado con cada palabra susurro y trozo de piel de aquello que tenía entre sus brazos. 
El, la había  destruido, físicamente, pero ella lo había aniquilado en su parte más débil, el alma y eso sería para toda la eternidad.


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