miércoles, 3 de diciembre de 2014

FANTASIA DE SEPTIEMBRE



Cada día lo mismo:
Café solo, largo de agua y corto de café, un azucarillo y la prensa por favor.
Unas manos cuidadas, y bronceadas, uñas meticulosamente perfectas, que llevan la taza de café a los labios.
Esta caliente y eso le hace levantar la vista del periódico para con el ceño fruncido protestar entre dientes por no haberlo puesto a la temperatura adecuada, después de tanto tiempo siendo cliente supongo piensa que es lo mínimo.... Vamos, hazlo ya, sabes que estoy ahí, como cada martes, en mi rincón semi escondida, para muchos pero totalmente visible para ti.
A qué esperas para mirarme? 
Miro mi reloj y veo pasar los minutos, es una historia que se repite ya dos meses y siempre con la misma
Mecánica e idéntico  protocolo, tú me miras, yo te miro , jugamos a ver quién aguanta más la mirada, tu intensa y llena de promesas, yo desafiante y ansiosa por ver el siguiente paso...entre sorbo y sorbo de café en silencio fluyen mil imágenes, que nos clavan durante escasos 30 minutos a nuestras sillas sin rechistar.
El tiempo se acabó, bajando la vista a mi bolso me levanto y pasando por tu lado avanzo hasta el lavabo, mis ojos dicen, otro día mas en el q serás un perfecto desconocido, a mi paso intuyo tu mirada seguirme, mis caderas lo saben y en deliberada venganza por otro día de no avance, se deshacen en un baile sutil y melodioso para tus ojos.... Tan solo para ti.
La puerta del baño se cierra tras de mi para volver a abrirse en décimas de segundos, y más rápido aun unos brazos me aprisionan contra la pared dejándome frente a frente ante ti.... 
No hablas aun, tus ojos ya no juegan a prometerme, ahora me desafían a callar o actuar.
Y ante mi silencio sonríen de medio lado mientras con aire triunfal se apoderan de mis labios con unos dientes suaves pero exigentes.
Tu pierna entre las mías se hace más hueco y tu mano moldea una cadera aprovechando la subida de esa falda que hace tan solo unos minutos acunaba mis andares hacia el baño.
En la estancia huele a pasión contenida y pecado, y promete una perversión tan embriagadora que solo puedo embestir con mis caderas en frenética respuesta a lo que ofreces. 
Un ruido lejano separa tu paraíso del mío devolviéndote a la realidad, yo aun con los ojos cerrados y la boca entre abierta protesto por tu abandono y exijo tu regreso.
Pero todo ha terminado, desapareces en las sombras y en tu lugar aparece la camarera apestando a cigarrillos y saludando con esa voz chillona. 
Cuando salgo no hay rastro de ti, al menos en tu mesa.
Recojo mis cosas aturdida y salgo al exterior buscando ordenar mi cabeza, y esperando de nuevo llegue el próximo martes y esto q volví a imaginar por fin se haga realidad...

FIN.



No hay comentarios:

Publicar un comentario